Te animo a compartir sin miedo este artículo con tus amigas, para que ellas también puedan sentirse bellas.
Pero, primero, una pregunta…
Cuando te miras al espejo, ¿sientes que eres bella?
La mayoría de nosotras no se siente especialmente bella al mirarse al espejo, o ver sus fotos. A mí me pasa bastante. Casi ninguna de las fotos que me hacen me gusta. De hecho, todavía no puedo creer que esté utilizando mis propias fotografías en esta web para inspirar sensualidad y divinidad femenina y guerrera… ¡Pero lo estoy haciendo!
Las que utilizo en este artículo en concreto fueron tomadas hace un par de años en un retiro de Tienda Roja. Nunca las puse en Facebook ni me atreví a enseñárselas a nadie. Y de pronto, me he sentido impulsada a utilizarlas aquí, convirtiéndome en modelo espontánea.

¿Tú lo harías? … Y si no lo harías, ¿por qué? … ¿Dudas, autocrítica, vergüenza de tu cuerpo? ¿Sentido de la decencia?
Creo que he pasado por todas ellas. Y si llegan a decirme hace unos años, cuando creaba sitios web dedicados a mi ídolo del cine o de la canción, que yo misma podría exhibir mis fotos en una web y sentirme sensual y divina, me habría echado a reír.
A menos que tengamos un cuerpo espectacular según los cánones actuales, en algún momento de nuestra infancia o adolescencia llegamos al acuerdo de que no somos suficientes para algo así.
Y sin embargo, ¿verdad que tú sí me ves bella? ¿Quieres que te cuente cuál es mi secreto de belleza? Sigue leyendo, que más abajo te lo cuento.
¿Por qué soy el patito feo?
Antes de conocer este secreto de belleza que voy a contarte, es importante que entendamos por qué no nos sentimos bellas. ¿De verdad eres fea?
Eres completa, poderosa. divina…
HeatherAsh Amara. Tu Diosa Guerrera Interior.
Cuando lees estas palabras, ¿sientes que resuenan en tu interior? ¿O en lugar de eso sientes el asfixiante peso de la autocrítica y las dudas?
La primera vez que leí Los Cuatro Acuerdos me llamó la atención un ejemplo sobre el poder de las palabras. Dice: «Alguien da una opinión y dice: «¡Mira qué niña tan fea!». La niña lo oye, se cree que es fea y crece con esa idea en la cabeza. No importa lo guapa que sea; mientras mantenga ese acuerdo, creerá que es fea.»
Yo crecí creyendo ser fea. No recuerdo por qué. Alguien me lo dijo y lo creí. Después, en mi juventud, una supuesta amiga dijo delante de mí que yo no tenía novio porque no tenía nada en mi cuerpo o en mi cara que destacara… Y que, por eso, los hombres no se fijaban en mí. ¡Y volví a creérmelo!
¿Te ha pasado a ti algo similar? ¿Vives o has vivido alguna etapa de tu vida creyendo que eres fea? ¿Por qué, a veces, los demás pueden ver nuestra belleza y nosotras no?
Citando algunas frases de don Miguel Ruiz, podemos comprender la razón. Él dice: «creamos una imagen de cómo deberíamos ser para que los demás nos aceptaran… pero no encajamos en ella … no es una imagen real… Como no somos perfectos, nos rechazamos a nosotros mismos… Nuestra manera de juzgarnos es la peor que existe.» ¿Te suena?
¿De dónde provienen estos acuerdos sobre nuestra valía personal? ¿Qué podemos hacer para romperlos y enamorarnos de nuestra propia belleza, de nuestro maravilloso cuerpo?
Rompe el hechizo
Saida Desilets, mi inspiradora maestra de sensualidad y huevo de jade contaba hace tiempo en un video que recientemente había sido acusada de que las cosas son fáciles para ella, porque es bonita. En ese video ella decía: «No conoces mi historia. Conozco el dolor de ser ignorada, y de que se rían de mí«.
Puedo decir lo mismo que ella. Recuerdo haber llorado a escondidas en la ducha, porque los hombres de los que me enamoraba sólo me veían como amiga. Costó mucho romper ese acuerdo, y su hechizo.
Una clave para enamorarnos de nuestro cuerpo es sentirlo. Saida cuenta en su video que se enamoró de su cuerpo durante un retiro espiritual que transcurrió en la oscuridad. Cuando se duchaba, no veía bien su cuerpo. Sólo lo disfrutaba… el tacto y el aroma del gel… ¿no te apetece probarlo?
Nuestro cuerpo no entiende de estándares de belleza. Sea cual sea su apariencia, está perfectamente equipado para sentir y dar placer. Es perfecto.
¿Y a quién sirven o benefician todos esos estándares de belleza, manipulados con Photoshop que nos hacen sentir gordas, bajas, feas, indignas, demasiado poco de esto o demasiado de lo otro? … Benefician a una industria millonaria que necesita de nuestras inseguridades para que todo nuestro poder, energía, dinero y atención se concentren en arreglar nuestra impresentable imperfección.
«Incluso llegamos a dañar nuestro cuerpo para que los demás nos acepten», dicen don Miguel Ruiz en Los Cuatro Acuerdos. Desde las dolorosas depilaciones hasta las cirugías estéticas, o la anorexia…
También, eso me recuerda que alguna vez Saida ha denunciado los indeseables efectos que tiene la labioplastia en la capacidad de sentir placer de las mujeres que se la practican. En aquel video volvía a mencionarlo.
¡Define y acepta tu propia belleza!
¡Tu cuerpo es perfecto! ¡Te lo digo otra vez! ¡Ámate! ¡Acepta tu propia belleza!
O, vayamos un paso más allá que simplemente aceptar nuestra propia belleza, ¡definámosla nosotras mismas! ¿Qué es ser bella? ¿Quién puede saberlo mejor que tú? ¿La televisión, las revistas, las opiniones de otros?
Este es el secreto de belleza infalible que comparto contigo. Léelo y créelo:
Eres bella o bello independientemente de lo que te diga tu mente. Eso es un hecho. Mientras tú seas consciente de tu propia belleza y la aceptes, la opinión de los demás no te afectará en absoluto.
Don Miguel Ruiz. La Maestría del Amor
Siente lo delicioso que es habitar tu propio cuerpo… siente cómo te inunda el placer de estar viva… Es un cuerpo maravilloso.
Una mujer empoderada, cual diosa guerrera, es una mujer soberana que vive bajo sus propios términos y condiciones. Tiene valor, coraje y audacia para ser ella misma y definir sus propios estándares de belleza. ¿Lo intentamos?
En el próximo artículo haremos juntas un ejercicio que nos ayudará a definir y aceptar nuestra propia belleza, ¡que es nuestro mejor secreto de belleza!